Me llamó la atención cuando unos niños nos vieron con una cámara por la calle y nos preguntaron si grabábamos para YouTube, me hizo pensar que los niños no conocían Internet, que solo sabían que había un icono en el móvil (o en la tele) que era como un canal de TV y ahí es de donde están los YouTubes, y los YouTubers.
No solo es el grandísimo monopolio de estas empresas en Internet, Google (YouTube), Facebook (Instagram) y Amazon controlan todo, absolutamente todo en Internet. A través del seguimiento de nuestras visualizaciones, amistades, comentarios, compras o cualquier otra acción en Internet se nos clasifica como a ganado y con ello, se les brinda en bandeja a los estados la posibilidad de manipularnos social y políticamente, mediante la inserción de contenido afín a nuestras preferencias y otras artimañas.
A veces escuchas que si eso de la privacidad, lo de las Cookies, que si las noticias falsas, y con suerte habrás escuchado las palabras Cambridge Analytica (caso en el que manipularon las elecciones de USA), o que Amazon cuando detecta que tu producto tiene éxito se pone a fabricarlo y elimina tu empresa de Internet para que solo él lo pueda vender... estamos hablando de abuso de poder por los monopolios tecnológicos y lo hacen muy bien para que no veas nada más que su precioso icono en tú móvil.
La industria alimentaria te controla añadiendo droga a la comida (Azúcar), la industria textil te controla atacando a tu autoestima (no vas a la moda, y eres fea), la industria cinematográfica te controla con las emociones que vives cómodamente en tu sofá (Disney y Netflix saben mejor que tú qué series y pelis ponerte).
YouTube no es más que otra herramienta para recopilar datos ¡tú eres el puto producto!. Instagram es otro cáncer para la autoestima, continuamente te da refuerzo positivo a tus acciones y elimina todo aquello que no te gusta, produciendo un universo en el que todo es dopamina para tu cerebro, pura droga. Esto tiene fuertes implicaciones a nuestra salud mental, como la falta de tolerancia al fracaso o la falta de atención, entre otros muchos que seguramente se están estudiando en la actualidad.
Y no hablemos de que cuando subes un vídeo a YouTube o pones contenido en Instagram estás haciéndoles el mejor trabajo y además gratis ¿no deberíamos redireccionar todo ese esfuerzo a algún sitio que retribuya al menos a nuestro sector?, ¿no has pensado que estos señores ya son los más ricos del planeta?
Por cierto, ¿Comes mucho azúcar mientras ves Instagram en el móvil y una serie de Netflix en la tv cómodamente en tu sofá?, estás muy jodido y ni siquiera sabes cuanto.
¡JOOODER! ¿Qué podría hacer?, ahí van unas ideas, solo para ilustrarte un posible camino...
Deja de usar Instagram en lo posible, por ejemplo, divide la comunicación y la visualización de contenido en dos, Telegram o WhatsApp para comunicarte e Instagram para el contenido, así reduces el tiempo de Instagram.
Minimiza el uso de YouTube, y por favor, cuéntales a los niños que hay muchas otras plataformas de vídeo en esa cosa llamada Internet.
Compra en tu comercio local en la medida de lo posible, evita Amazon siempre que puedas.
Haz deporte que te dará emociones reales, no emociones a través de series de televisión, ¡sal del puto sofá!
Y muchas otras cosas más, entre ellas, compartir este artículo para que se tome un poco más de conciencia de este problema del siglo XXI.
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